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Una región, un sector metropolitano confundido o
fusionado con un estilo, a partir de ser el foco del cual éste surge, se
desarrolla e impone. Tal proposición podemos adjudicársela al barrio de
Williamsburg, dentro del perímetro de Brooklyn, cuna de los Hipster, el reducto
que ha congregado a lo más logrado de la escena creativa alternativa neoyorkina en una convivencia pacífica con ejecutivos de
distintos sectores, todo en un marco bohemioy con muchos aires étnicos (ya que es un crisol de
culturas). Tiendas de moda y de ropa vintage, mercados de pulgas, galerías de
arte, bares y restaurantes súper cool y libre de grandes cadenas. El escenario
no podía presentarse más apropiado para algunos perfiles, sería injusto
limitarlo a la escena hipster, si bien predomina, pero dada sus características
y sus propuestas, Williamsburg también acoge a los que llevan el boho chic, el
estilo impecable de los yuppies y el vintage (junto con las prendas tejidas)
pesa fuerte, así como el diseño emergente que utiliza (y resignifica)
materiales. Hace poco repasábamos el estilo hipster, comentando que se
caracterizaba por sus capas no integradas, el gusto por las remeras y camisas
superpuestas, los canguros, las estampas ingeniosas, los vestiditos vintage,
bufandas, sombreros, gorros, anteojos de montura plástica y todo tipo de
prendas tejidas y / o usadas, combinado con el uso de tecnología Apple (1).
Ahora bien, ¿cómo podemos
entonces definir éste dominio heteróclito entre arte, diseño, escena hipster
alternativa e independiente, cultura vintage, yuppies y boho chic? Pues bien,
nosotros consideramos que un Cool Periférico es sinónimo de Williamsburg.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
Notas
Fuentes
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