viernes, 23 de mayo de 2014

La Historia del Vestido Mondrian

El tema, en el que encontramos el cruce entre moda y arte nuevamente, puede tener muchas entradas, me he decidido por dos de ellas porque le dan la cohesión justa a un relato que, de otra manera, caería en lo diacrónico.


Yves Saint Laurent, argelino, diseñador, amante del arte y de la pintura en particular, expresó en su momento que “la moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser artista.” En otra de sus consideraciones ha dicho: “he querido tejer vínculos entre la pintura y la ropa, convencido de que un pintor es siempre de nuestra época y que puede acompañar la vida de todos”.  

De cara a nuestras tierras, una contemporánea Lucila Negri, quien encarna a la perfección el binomio arte/ moda (1), respecto del mismo ha escrito: “El arte está de moda. La moda se agota en sí misma y responde a momentos sociales, el arte acompaña y define, da un marco a eso que pasa y nos atraviesa en general sin darnos cuenta.
Cuando los artistas toman el cuerpo como soporte para dar forma a su discurso descubren la profundidad y complejidad que en este caso tiene el fenómeno de la moda como algo social.
El arte es una herramienta, un combustible, es un medio y genera lenguaje, la moda es un fin y se autofagocita. Que un artista utilice textiles para generar su obra y que su producción se convierta en un objeto portable y de uso cotidiano en un punto es anecdótico, pero para la moda es necesario mirar hacia el arte para generar contenido.”

Estas ideas son centrales para la explicación de la Historia del Vestido Mondrian.

En 1965, Saint Laurent encuentra el contexto necesario para reinterpretar en una suerte de homenaje a aquellos pintores que él sentía cercanos a su  trabajo. La primera de éstas elecciones recayó sobre la obra de Piet Mondrian (aquél holandés fundador del neoplasticismo, un abstraccionista acérrimo cuyo trabajo –basado en una geometría simple, libre de perspectiva y de una paleta reducida: primarios y valores- procuraba librarse de la subjetividad y, a través de la simplificación, llegar a lo esencial de las cosas, a una realidad “no visible”), “Composición en rojo, amarillo y azul” (1921).

Y aquí es interesante como la intención simplificadora de Mondrian cobra vida en toda su fuerza y a través de ella, y de la mano de Saint Laurent, impacta y se difunde socialmente.

Saint Laurent elige para recrearlo un tipo específico de prenda: un vestido de cocktail de jersey, de línea recta, sin mangas, cuello redondo y largo de falda a la altura de la rodilla. Al igual que en Mondrian, el lienzo (jersey) blanco, fue la base para reproducir (en la delantera) la obra ampliada, concentrándose en la región del rectángulo rojo (localizada entre el torso y la cadera). La acogida fue exitosísima por parte de una clase alta ávida de novedades y de la prensa. Acertó en todo y tanto fue así que a partir de entonces, muchos otros diseñadores se han inspirado en la obra de Mondrian: Prada, Elie Saab, Christian Lacroix, Diane Von Furstenberg y/o Ágatha Ruiz de la Prada, entre ellos.

Su gran aceptación radica en su abstracción, simpleza e impacto de color. La intención de Mondrian era una pintura / instrumento para  conectar con la “esencia cósmica de la naturaleza”, y a partir de la atemporalidad de su lienzo es que podemos apreciarlo en  distintos contextos paradigmáticos y expresiones conceptuales de diseño (la primer posguerra, la época del pop art y el estilo mod londinense o la de nuestros diseñadores contemporáneos). Sin embargo, el primero en apreciar su potencial e interporlarlo para el mundo de la moda y  llevarlo a una pasarela fue Yves Saint Laurent.


María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen


Notas

(1)   Lucila es artista plástica y diseñadora. Pueden ver sus creaciones en: http://www.lucilanegri.com/


Fuentes









http://smoda.elpais.com/articulos/la-importancia-de-llamarse-mondrian/5

No hay comentarios :

Publicar un comentario